Dinamita, detonadores y tensión: La marcha evista llega al centro de La Paz bajo vigilancia policial

El cocalero Evo Morales Ayma junto a sus bases en el Trópico de Cochabamba

La tensión en la sede de Gobierno subió de tono este lunes luego de que la Policía Boliviana decomisara 47 cachorros de dinamita y 20.000 detonadores que, según el Ministerio de Gobierno, tenían como destino la marcha de sectores evistas que ya ingresó al centro de La Paz.

El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, informó en conferencia de prensa que los explosivos fueron interceptados durante operativos preventivos realizados desde el 25 de mayo. “Se logró secuestrar 20.000 unidades de detonadores y mechas de seguridad, además de 47 cachorros de dinamita y 55 mechas con fulminantes ya preparadas”, detalló.

Las autoridades también reportaron la aprehensión de dos personas que transportaban los insumos “de manera injustificada” y aseguraron que el hallazgo revela que la movilización no es completamente pacífica. “Se pretende generar convulsión a través de la polarización y el uso de la violencia en las protestas”, advirtió Aguilera.

La marcha evista, que exige la habilitación de Evo Morales como candidato presidencial y la renuncia del mandatario Luis Arce, partió desde la Cervecería Boliviana Nacional y poco después del mediodía ya había llegado a inmediaciones del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ), en pleno centro paceño.

Durante su recorrido se registraron altercados entre marchistas y ciudadanos que rechazan la protesta, lo que motivó una mayor presencia policial. Más de 3.000 efectivos fueron desplegados para resguardar puntos clave como las plazas Murillo y Abaroa, esta última frente al Tribunal Supremo Electoral (TSE).

La concentración se mantendrá en el centro a la espera de una audiencia judicial sobre la acción de inconstitucionalidad que el partido Pan-Bol —ahora sin personería jurídica— presentó contra el TSE. Dicha agrupación era el vehículo político que Morales intentaba utilizar para inscribir su candidatura, ahora truncada tras el vencimiento del plazo electoral.